Calificación energética de viviendas, qué es y cómo mejorarla

La calificación energética de viviendas es una indicación que nos proporciona un técnico y que equivale a la eficiencia energética de dicha vivienda.

Esa indicación funciona de manera similar a la que se emplea para clasificar los electrodomésticos. Así, por ejemplo, una vivienda con una calificación energética B será más eficiente que otra que obtenga una F.

De esta forma, esa calificación influirá directamente en los consumos que va a generar una vivienda durante el año. Tanto en luz como en gas u otros suministros.

¿Por qué una vivienda con una peor calificación energética consume más?

Cuando un técnico analiza una vivienda y sus elementos, con la intención de otorgarle una calificación energética, tiene en cuenta lo fácil o difícil que será mantenerla en un estado confortable durante su uso normal.

Es decir, calculará la cantidad de energía necesaria para enfriar o calentar el hogar y para iluminarlo. Para eso, no solo es necesario revisar las instalaciones con las que cuenta el inmueble, también es importante ver sus aislamientos.

Porque, aunque tuviéramos placas solares, para generar una energía más limpia, si las ventanas tuvieran fugas, tendríamos que generar más de la debida. Ya que esas fugas nos exponen a las temperaturas exteriores e impiden un clima mejor y más eficiente.

Ese sobre esfuerzo se traduce en un mayor gasto anual en energía, del tipo que sea.

Cómo está de aislada la casa de su exterior

Como decíamos, hay dos variables generales clave para conseguir una u otra calificación y una de ellas está relacionada con el hermetismo. Aquí jugarían en nuestra contra las ventanas de madera o metálicas antiguas; los cristales simples en las ventanas y los materiales empleados tanto en la fachada como en el resto de paredes y tabiquería.

Las pérdidas de energía que pueden provocar estos elementos suponen llegar a desperdiciar hasta un 65 % de la misma. Sin duda un derroche que te interesa evitar.

La otra mitad a tener en cuenta

Una vez solventado el tema de fugas o la posible exposición a la intemperie, toca analizar los suministros y las instalaciones. Por ejemplo, si disponemos de una instalación eléctrica en condiciones y actualizada.

También es importante el tipo de bombillas que se emplean, la cantidad de aparatos eléctricos y electrónicos conectados o su clasificación. Tal y como decíamos antes, disponer de electrodomésticos con calificación A+++ será mejor que si son solo A.

Esto mejora su eficiencia y su consumo, a la vez que beneficia a nuestro bolsillo. Pero tan importante como el tipo de equipación de nuestro hogar, lo es la obtención de la energía que empleamos.

Por eso, una instalación de aire acondicionado con aerotermia, placas solares o incluso un sistema propio para reciclar el agua, nos acercarán mucho más a la calificación A de nuestro hogar.

Seguro que también has oído que hay casas eficientes que, por su ubicación y diseño, mantienen una temperatura constante en el interior en cualquier estación. Esas serían la que obtendrían mejores calificaciones.

O también estarían en lo más alto aquellas que disponen de techos verdes y tienen circuitos internos para generar menos desperdicios.

¿Cómo mejorar la calificación energética?

Para obtener una mejor calificación y reducir así nuestros gastos derivados de la energía, deberíamos abordar los dos puntos anteriores.

Primero puertas y ventanas

Así, por un lado, deberíamos mejorar los aislamientos. Para ello sería interesante cambiar las ventanas más viejas. Y, en ocasiones, los ayuntamientos lanzan campañas de ayudas para estos menesteres.

Escoger ventanas herméticas de cristales gruesos o mejor de doble acristalamiento, nos aislará del exterior y también evitará que se filtren los ruidos incómodos.

También la puerta que da a la calle se debería sustituir si está deteriorada o no cierra correctamente. Así como alguna otra puerta que de acceso a balcones o terrazas.

Después la climatización interior

Lo ideal sería buscar opciones de climatización interna de alta eficiencia, con aerotermia o alguna instalación similar que nos ayude a ahorrar.

Estos sistemas permiten calentar el agua de la ducha, entre otras, de forma gratuita, aprovechando el calor que se genera en la vivienda y regulando la temperatura interior al mismo tiempo.

Las instalaciones fotovoltaicas también ayudan a reducir el consumo energético. De hecho, generan energía gracias al sol, con lo que tu necesidad de consumir electricidad de la red se reducirá.

Además, las hay que producen energía también en los días claros, sin necesidad de tener sol directo. Y, antaño, uno de los problemas es que almacenar la energía generada para poder emplearla en otro momento, era muy costoso.

Porque así, lo que se produjera en el tiempo en que no hay nadie en casa, puede usarse de noche cuando no hay sol ni claridad. Pero ahora han mejorado los sistemas de baterías y reducido su precio, con lo que sería posible un mayor aprovechamiento de las placas.

Como ves, cada vez son más las opciones que podemos encontrar en el mercado para conseguir una casa más eficiente. Y lo mejor es que eso reducirá mes a mes nuestros gastos en energía. Incluso es posible encontrar sistemas de este tipo en viviendas de nueva construcción.

Por eso, desde Futurpiso Paiporta, te animamos a valorar estas opciones para vivir mejor. Y si buscas una propiedad con alguno d estos requisitos o necesitas un técnico para obtener la calificación energética de tu casa ¡ven a vernos!

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